– Por Jorge Gómez, Sommelier de  Wine Art School,
y docente de Enología en Culinary

Desde tiempos muy antiguos, se ha relacionado el consumo moderado de vino con ciertos efectos positivos sobre la salud de los consumidores. En este artículo hacemos un repaso por la historia de esta bebida para descubrir cómo es que se ha creado esta relación, qué beneficios son los que aporta y las condiciones de consumo necesarias para obtenerlos.

• 3000 a.C. Los egipcios mencionan el vino como medicina, este dato se encontró en un papiro recuperado de aquella época.
• 850 a.C. El vino es descrito como antiséptico, sedante y digestivo por Homero en la Ilíada y en la Odisea.
• 460-370 a.C. Hipócrates utiliza el vino como sedante, antiséptico y diurético.
• 124-40 a.C. Esculapio difunde las propiedades medicinales del vino.
• 980-1032 Avicena, conocido como “el príncipe de los médicos”, recomienda el uso del vino y dice que “el vino hace que el producto de la digestión sea mejor asimilado por el organismo”.
• Siglo XVIII Lord Byron decía que “el vino alegra al triste, reanima al viejo, inspira al joven y hace olvidar el cansancio al fatigado”. Por su parte, Louis Pasteur publica en París su obra “Estudio sobre el vino, sus enfermedades, causas que las provocan y nuevos procedimientos para conservarlo y envejecerlo”. En este libro describe al vino como “la más saludable e higiénica de todas las bebidas.”
• 1991 El 17 de noviembre Renaud y Ellison presentan su Paradoja Francesa en el programa 60 minutos de la CBS, en el cual se demuestra el efecto protector de los polifenoles del vino tinto (resveratrol) para prevenir enfermedades cardiovasculares y cerebrales: los países que consumen menos productos lácteos y menos carne, pero mucho más pescado, frutas, verduras, pan, aceite de oliva y vino, comparten el menor riesgo cardiovascular, hecho conocido hoy como la Paradoja Francesa. A partir de aquí, se generaliza el estudio científico de los efectos salutíferos del consumo moderado y regular del vino, sobre la salud.
  Además de sus efectos saludables sobre las funciones cardiovascular y cerebral, el consumo regular y moderado de vino ha demostrado en varios estudios realizados con todo el rigor científico, tener los siguientes beneficios adicionales:

Otros efectos del vino en la salud

Tomado en forma moderada (dos vasos al día), el vino, a través de la acción de los polifenoles:

– Reduce la frecuencia de ataques de resfriado
– Reduce la incidencia de infecciones gastrointestinales
– Ejerce un efecto muy benéfico sobre el aparato gastrointestinal
– Ayuda contra el estreñimiento
. Facilita enormemente la digestión de las proteínas (carnes, pescados, mariscos, quesos, etc.)
– Mejora la función pulmonar
– Alivia los dolores artríticos
– Incrementa el bienestar físico y anímico mejorando la calidad de vida

Condiciones

– Hay que tomar el vino con moderación: entre uno y tres vasos de vino al día, siempre con las comidas.
– Es necesario beberlo con regularidad, es decir, todos los días

Los peligros del alcohol y el vino

Debemos ser conscientes de que el vino es una espada de doble filo. El vino contiene alcohol etílico o etanol,
que es una sustancia que puede generar adicción o dependencia, el consumo indebido o excesivo de bebidas alcohólicas, y entre ellas el vino, puede acarrear consecuencias muy negativas para nosotros y para los demás. Entre todos
los peligros a los que se expone la propia persona, tal vez el más grave sea el alcoholismo.

En conclusión

En el año 2001 un equipo médico de la Universidad de Glasgow, en Escocia, analizó todos los estudios más importantes realizados hasta entonces que relacionaban el consumo de vino con la salud. En su conclusión dicen los investigadores: Tanto las evidencias clínicas como las experimentales sugieren que el vino tinto proporciona realmente una mayor protección a la salud que otras bebidas alcohólicas. Esta protección adicional ha sido atribuida a los compuestos polifenólicos antioxidantes que se hallan en el vino tinto.