Valoremos los pescados y mariscos de Baja California

Valoremos los pescados y mariscos de Baja California

Mentir y comer pescado requieren mucho cuidado.
Anónimo

Desde tiempos remotos, la fauna marina ha constituido un gran aporte alimentario por la facilidad de captura de ciertas especies  y por su abundancia en las costas del golfo de California y del Pacífico. A pesar de ello, en la actualidad no es suficiente el consumo de estos productos en la mayoría de las mesas de los bajacalifornianos.

Quizás una parte de la falta del consumo es histórica y fue la visión de los conquistadores españoles, que refirieron en sus crónicas algunas valoraciones negativas hacia las prácticas y alimentos de los indígenas. Por ejemplo, Bernal Díaz del Castillo, en el relato sobre el viaje de Hernán Cortés en 1535, señaló sobre los nativos que:

«…no tenían que comer, y en aquella tierra no cogen los naturales de ella maíz, y son gente salvaje y sin policía, y lo que comen son frutas de las que hay entre ellos, y pesquerías y mariscos…»

Para los españoles, el seminomadismo era sinónimo de atraso, cuando hoy sabemos que es el respeto de los ciclos de la naturaleza. 

Vestigios prehispánicos, -según trabajos arqueológicos del INAH- demuestran que pescados y mariscos fueron pilares de la dieta en nuestra región. Dan testimonio de esto por ejemplo: Buenavista, que fue un sitio que, al menos desde el año 1,000 a.C., funcionó como lugar de aprovechamiento de mariscos, principalmente choros o mejillones; mientras que en Bajamar, desde alrededor del año 2,000 a.C., se explotó de manera intensiva el abulón hasta bien entrada la Prehistoria Tardía y la época misional.

El cristianismo tampoco ha ayudado al consumo de pescado pues le otorga el papel de sustituto de la carne en la cuaresma dándole una connotación de plato inferior. 

Reflexionemos un poco esto y aceptemos el desafío de mejorar nuestra alimentación desde el punto de vista antropológico, histórico y, por supuesto, nutricional, es cuestión de decidir su consumo cotidiano.

Las dietas ricas en pescado tienen importantes y positivos efectos sobre la salud, lo que hace que sean especialmente recomendadas para una población sana y también ante determinadas patologías. Ya que es un alimento de alta calidad por su valor nutritivo, además de su alta digestibilidad -se asimila rápidamente-. 

Es fundamental que su aceptación sea mayor y que el consumo incremente para ello es indispensable el conocimiento de las especies con su información correspondiente sobre las características nutricionales y gastronómicas, esto hará que su presencia en la mesa se vuelva cercana y común.

En los niños, es en donde se instauran los hábitos alimentarios más sólidos, por ello es donde radica el problema. El consumo de pescado necesita ser reforzado y el conocimiento de sus bondades explicado convenientemente a ellos y a sus madres. Por ahí debe comenzar este cambio de hábitos de consumo.

Por otro lado se debe enseñar el manejo higiénico de los pescados y mariscos así como la  utilización de herramientas propias como el cuchillo para abrir ostras y por supuesto los métodos de cocción más adecuados al tipo de pescado o marisco del que se trate. Unos serán más sabrosos al vapor, otros crudos, otros más asados o zarandeados mientras que en ceviche y aguachile les queda a otros.

Al conocer la enorme variedad de productos del mar disponibles se abre el panorama de sus preparaciones y por ende presentaciones -de la vista nace el amor- lo que facilita la compra, innova la dieta, se disfruta del arte culinario y se mejora la salud.

Poseemos litorales riquísimos, sin embargo, no lo valoramos. Así que te invitamos a dar valor al consumo de pescados y mariscos al darles ese grado de utilidad o aptitud que tienen para satisfacer las necesidades vitales y proporcionar bienestar o deleite a nuestros sentidos.

 

Sabias que…

  • Antiguamente los alimentos  de origen marino eran moluscos, peces, tortugas y mamíferos marinos. Entre los moluscos más consumidos se encontraban la almeja roñosa, almeja catarina, pata de mula, madreperla, concha nácar y el ostión de roca. Lo anterior se ha podido conocer por medio del estudio arqueológico de los depósitos de conchas de moluscos o concheros. 
  • La comodidad de la vida contemporánea y el fácil acceso a la comida que no nos nutre son parte del porqué no consumimos pescados y mariscos. Los pescados presentan un contenido calórico bajo, buena fuente de proteínas de alto valor biológico, aportan vitaminas y minerales hidro y liposolubles, así como minerales y algunas especies, nos proporcionan ácidos grasos poliinsaturados, -omega3 – que se ha comprobado poseen importantes efectos beneficiosos para la salud.
  • La refrigeración, la congelación, el humo o la sal han ampliado el consumo de estos alimentos pues el ser perecibles rápidamente es otro de los obstáculos.

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