El placer del vino – Guía de compra, servicio, conservación y cuidado de copas
– Por Jorge Gómez, Sommelier de Wine Art School,
y docente de enología en Culinary
Tomando en cuenta la llegada del invierno y la esperada temporada de fiestas, consideramos que una guía básica de compra, servicio, conservación y cuidado de copas sería útil, por ello te traemos esta información:
Cómo comprar el vino
Dependiendo del tipo de vino y del dinero que quiera gastar, existen varias opciones:
– Supermercados: la fuente más fácil y económica, para adquirir vinos sencillos y bien elaborados, a precios relativamente bajos, para beber todos los días.
– Tiendas especializadas (cavas o enotecas): cobran un poco más, pero ofrecen una selección más cuidada y exclusiva de vinos. Compensan el precio con características adicionales de calidad, y suelen estar bien conservados y almacenados. Además, son atendidas por personal capacitado en el tema de los vinos, ofrecen buenas recomendaciones y a veces es posible probar los vinos antes de comprarlos.
– Negociantes o distribuidores: tienen una buena variedad de vinos y a veces ofrecen marcas o cosechas exclusivas, los vinos están bien exhibidos y son manejados con cuidado. A veces ofrecen mejores precios que en las tiendas especializadas. Pueden dar servicio a domicilio haciendo los pedidos por teléfono y frecuentemente organizan catas y degustaciones, lo que nos permite probar vinos nuevos o de nuevas vinícolas.
– Directo del productor: una ventaja de estar cerca de Ensenada y sus valles, en las vinícolas se pueden conseguir precios más bajos que en las tiendas. Es posible obtener descuentos en compra por caja y se pueden encontrar vinos de elaboración especial y limitada, aunque tratándose de cosechas recientes, a veces hay que guardar los vinos por un tiempo.
Cómo conservar los vinos
Si no se van a consumir inmediatamente, hay que guardarlos en un sitio apropiado, a oscuras o lejos de fuentes de luz fuerte y de ventanas. La temperatura debe ser fresca y constante, evitando fluctuaciones bruscas. Las botellas deben guardarse siempre en posición horizontal, para mantener el corcho mojado en el vino. El sitio de guarda debe estar lejos de fuentes de calor o de vibraciones. Lo más fácil es guardarlos en un armario o baúl hacia el centro de la casa, o debajo de la escalera, o en un closet fresco.
Cómo servir los vinos
Lo indicado es servirlos en copas grandes, de cristal fino, transparente y sin tallar. Llena la copa dos terceras partes (si es un vino tinto) o una tercera parte (si es un vino blanco). Y recuerda, servirlos a la temperatura adecuada:
– Blancos dulces, entre 4 y 6°C
– Blancos ligeros, espumosos y rosados, entre 6 y 8°C
– Blancos secos de cuerpo, entre 10 y 12°C
– Tintos ligeros, alrededor de 14°C
– Tintos corpulentos, entre 16 y 18°C
Enfría los vinos blancos en una cubeta con agua y hielo; o en el refrigerador durante unos 20 minutos. Si un vino tinto se
encuentra demasiado caliente, procede de la misma manera. Un vino tinto joven hay que enfriarlo un poco antes de servirlo: unos 10 minutos en el refrigerador, o en una cubeta con agua y hielo.
Y recuerda, los vinos tintos hay que descorcharlos con anticipación antes de servirlos.
Por último, no olvides servir los vinos en un orden adecuado:
– Los jóvenes antes de los añejos
– Los ligeros antes de los robustos
– Los frescos o fríos antes de los templados
– Los blancos antes de los tintos
– Los secos antes de los dulces
Si eres anfitrión en una reunión en la que planeas servir vino, procede así:
– Ten lista la botella de vino a la temperatura adecuada.
– Muestra la botella a tus invitados, destacando la etiqueta. Describe la marca, el origen, la cepa y la añada.
– Descorcha la botella ante tus invitados.
– Sírvete un poco de vino en la copa y pruébalo.
– Si el vino esta bien, sírvelo a tus invitados empezando por las mujeres y después los hombres.
– Si tienes un invitado (a) especial, empieza por él (ella).
– Por último, sírvete en tu copa y disfruten del vino.
El cuidado de las copas
– Después de usarlas, enjuágalas bien con agua tibia.
– Lávalas perfectamente con un detergente que sea suave o especial para cristalería usando una esponja o un paño suave.
– Enjuágalas con abundante agua tibia o caliente.
– Déjalas escurrir unos minutos, no demasiado tiempo para evitar que las copas se manchen con los residuos del agua.
– Sécalas con un paño suave que no deje pelusa, preferentemente de algodón o de lino.
– Guárdalas en un armario siempre
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