– Por Jorge Gómez, Sommelier de Wine Art School,
y docente de enología en Culinary.

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Cuando vamos a una tienda de vinos, o de autoservicio, a comprar una o varias botellas de vino, conviene ir preparado mentalmente para seleccionar el que va mejor con nuestro objetivo. No es necesario ser un experto para beber bien pero siempre ayuda el ser honesto con uno mismo acerca de los objetivos, las características, el gusto, el presupuesto, y además, estar dispuesto a pedir ayuda en caso de duda. Sin gran esfuerzo, tú puedes elegir el vino que realmente deseas, sentirte seguro de tu elección sin parecer demasiado inexperto frente a otras personas y sin el riesgo de gastar demasiado dinero, para lograrlo te doy estos cinco consejos:

1. Pregúntate cuál es la ocasión:
Entender el propósito de comprar una botella tiene un significado crucial e  inicia con una pregunta básica: ¿estás comprando el vino para acompañar una comida o es solamente para compartirlo con amigos en una reunión informal? Si es para una reunión informal, entonces selecciona una botella que a ti te guste y que puedas compartir de forma amistosa. Si va a ser para acompañar una comida, piensa, ¿qué tipo de platillos se van a servir?, la naturaleza de la reunión te indicará qué tipo de vino será el mejor.

2. Decide cuánto quieres gastar:
Ésta es una decisión básica que solo puede hacerse de forma individual, dependiendo de tu capacidad económica y de lo que puedas disponer para la compra. Es importante entender que no existe una correlación directa entre el precio de una botella y la calidad del vino. Gastar más de lo necesario puede darnos status, pero puede no traducirse en calidad. En realidad el concepto precio/calidad es una cuestión de relación de el vino con la ocasión.

3. Ten en cuenta qué tipo de vino te gusta:
Esta es posiblemente la pregunta más difícil, y que solo se puede contestar a través de la experiencia, incluso entonces, puede ser difícil expresarla con palabras. Una sugerencia: Trata de generalizar tanto como sea posible: “me gustan tintos ricos y afrutados,” esta forma te dará más posibilidades de escoger que, “me gustan vinos con sabor de frutos negros como el cassís, con regusto a ciruelas y notas de champiñones.”

4. Considera qué vas a comer: 
No, el vino no necesariamente tiene que servirse con alimentos, pero un buen vino siempre es mejor cuando se acompaña con una buena comida, ya sea en casa o en un restaurante. Sobre esto, siempre será más fácil escoger un vino para tomar en casa cuando todos consumen lo mismo, de esta forma la comida será, casi siempre, más sencilla, y el maridaje será mejor. También piensa que a pesar de todas las reglas y recomendaciones de maridaje, la mayoría de la gente se siente satisfecha con combinaciones que no chocan, siempre y cuando el vino no arruine la comida o viceversa.

5. Pide ayuda:
Con una idea precisa acerca de la ocasión, el presupuesto, tu gusto y la comida, ahora es el momento de pedir consejo. En toda tienda especializada o restaurante siempre hay un experto al que le gusta recomendar y desea que te vayas satisfecho con tu compra lo suficiente para que regreses en otra ocasión, así que no temas solicitar su apoyo.

Espero que con estos consejos tu búsqueda del vino ideal se haga más fácil, y recuerda, la mejor manera de encontrarlo es probando, así que ánimo y ¡salud!

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